Siempre le pedio a Al-lah que me ayude en mis estudios, y Alhamdu lil-lah este año logré alcanzar el primer puesto en toda la región donde vivo. En la actualidad estoy en el primer año de la preparatoria.
Escuché que cuando uno hace du’a debe estar convencido de que Al-lah le responderá. Como dije, todos los años le pido a Al-lah que me ayude en el estudio y este año estoy totalmente convencido de que Él responderá mi súplica, igual que lo hizo el año pasado; sin embargo, temo que esta convicción que tengo sea soberbia de mi parte, pues estoy seguro de que lograré el primer puesto esta vez. ¿Pensar así es kibr (altivez y soberbia) de mi parte?
Las alabanzas sean para Al-lah, Señor del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad, con todos sus familiares y discípulos.
La certeza en que Al-lah responderá las súplicas es algo bueno y no se considera como kibr. El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Hagan du’a con certeza de que será escuchada” (At-Tirmidhi, de Abu Hurairah, y dijo que era Hasan Garib).
Pero debes tener presente que la forma en que Al-lah responde a los du’as puede variar; así que puede ser que la responda no con lo que tú estás pidiéndole, sino librándote de un mal inminente que te iba a suceder, o que Su respuesta la guarde para el Día de la Resurrección. Abu Sa’id reportó que el Enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “No hay un solo du’a que el musulmán pida, que no tenga que ver con un pecado o con cortar los lazos familiares, sin que Al-lah le responda de una de las siguientes maneras: que le conceda inmediatamente lo que pidió, que guarde la respuesta para la Otra Vida o que lo libre de un mal equivalente a la súplica que hizo”. Los que lo escuchaban le dijeron: “Entonces incrementaremos más nuestros du’as”. Les dijo: “Háganlo, que Él les dará mucho más” (Bujari, en el capítulo de Al Adab, Ahmad y Al Hakim, quien dijo que su Sanad era Sahih).
Así que lo que te corresponde es en insistir en tu du’a sin límites, siendo consciente de la benevolencia y generosidad que Lo caracterizan, y aceptar con conformidad y sumisión lo que Él decida concederte.
Y Al-lah sabe más.