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Participar de las festividades religiosas de los incrédulos

Participar de las festividades religiosas de los incrédulos

Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.

 
Desafortunadamente, muchas veces somos testigos de cómo algunos musulmanes participan de las celebraciones como Navidad, lo cual está prohibido por las siguientes razones:
 
·         El hacerlo es imitar a los incrédulos y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quien imite a un grupo de personas estará con ellos (el el Infierno)”. [Abu Dawud y otros] Esta es una advertencia muy peligrosa. ‘Abdullah Ibn ‘Amer Ibn Al ‘As, que Al-lah Esté complacido con él, dijo: “Quien construya (una casa) en la tierra de los incrédulos, participe en sus festividades y los imite hasta que muera, será un perdedor en el Día de la Resurrección”.
Es una forma de reflejar amor y compasión hacia los incrédulos, mientras que Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Oh, creyentes, no tomen a mis enemigos y a vuestros enemigos como aliados, ofreciéndoles afecto mientras que ellos han descreído en la Verdad que ha llegado a vosotros…}[Corán 60:1]
·         Esos festivales son rituales religiosos basados en la falsa creencia de los no musulmanes, y no son actos seculares habituales, como el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo cuando habló acerca de una festividad islámica: “Cada gente tiene sus propias festividades particulares, y hoy es la nuestra”. Sus festividades están basadas en la corrupción y la incredulidad, lo cual implica la asociación de otros con Al-lah de una forma u otra.
·         Además, los musulmanes no podemos ayudarlos de ninguna forma durante esas festividades; no podemos venderles nada de lo que necesitan para celebrarlas, ya sea comida, árboles, luces de Navidad, dulces u otras cosas; tampoco podemos alquilarles nada que los pueda ayudar a realizar tales festividades.
 
El Imam Ibn Al Qaiem, que Al-lah le Dé Su perdón, dijo: “Este el es consenso de los eruditos musulmanes, que toda forma de felicitación por este tipo de eventos está prohibida, como decir: ‘Feliz año nuevo’ o ‘Feliz Navidad’. Si alguien felicita se convierte en incrédulo, y no podrá escapar al hecho de que ha cometido en gran pecado, porque esa felicitación es aprobar la postración de ellos ante la cruz. El felicitarlos en sus fiestas es peor que felicitar a alguien por haber consumido tóxicos o haber cometido adulterio. Existen muchas personas cuya religión es un asunto trivial y le restan importancia al tema de expresar sus felicitaciones; ellos ignoran la severidad de lo que están cometiendo: quien felicita a una persona por haber cometido un pecado o un acto de incredulidad, se ha sujetado a la ira de Al-lah”.
 
La prohibición que indica el Imam Ibn Al Qaiem, que Al-lah le Dé Su perdón, es porque quien los felicita está en realidad aprobando sus rituales de incredulidad, incluso si él no aprueba la incredulidad para sí mismo. Está prohibido para un musulmán aprobar cualquier forma de incredulidad o felicitar a otros por ella; Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Si no creéis, sabed que Al-lah prescinde de vosotros [y ello no Le perjudica en nada] y que no Le agrada la incredulidad de Sus siervos; y si sois agradecidos [creyendo en Su unicidad] Le complacerá…} [Corán 39:7] Está prohibido felicitar a una persona por estas festividades, sin importar el tipo de relación que exista entre el musulmán y el incrédulo.
 
Si los incrédulos nos felicitan durante esas fiestas, no debemos responderles, porque tales felicitaciones no son por nuestras fiestas, sino que son por fiestas que Al-lah Rechaza, fiestas que son innovaciones en sus propias religiones o que no son innovadas pero que fueron abrogadas por el Mensaje de Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien fue enviado con el Islam para toda la humanidad. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Quien siga una religión diferente al Islam [el sometimiento a Al-lah] no se le aceptará, y en la otra vida se contará entre los perdedores.} [Corán 3:85]
 
El aceptar sus invitaciones para celebrar esas fiestas también está prohibido, ya que ello implica participar y disfrutar con los incrédulos.
 
Además, está prohibido imitar a los incrédulos en la manera cómo ellos celebran sus festividades, intercambiando regalos o distribuyendo dulces y comida; y no está permitido tomar licencia en nuestro trabajo por tales festividades, porque el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quien imita a un grupo de personas estará con ellos (en el Infierno)”. El Imam Ibn Taimiah, que Al-lah le Dé Su perdón, dijo: “El imitar a los incrédulos (celebrando o copiando) en cualquiera de sus festividades, hace que ellos disfruten de la falsedad en la que se encuentran”.
 
Quien que haga cualquiera de los actos mencionados anteriormente es un pecador, sin importar si lo hace como una mera formalidad o porque se siente muy apenado de decir que no o por cualquier otra excusa; esto es porque el hacer eso es ablandar nuestra posición con respecto a nuestra religión, y porque esto levanta el espíritu de los incrédulos y los hace que se enorgullezcan de sus falsas religiones.
 
El Sheij Ibn ‘Uzaimin, que Al-lah le Dé Su perdón, fue preguntado acerca de los reglamentos islámicos sobre asistir a las celebraciones navideñas para felicitar a los parientes, no con la intención de participar en las celebraciones, sino para aprovechar el hecho de que todos estarán reunidos en un mismo lugar; su respuesta fue: “Todas las alabanzas son para Al-lah; la primera cosa que uno a quien Al-lah Ha bendecido con el Islam debe hacer es desechar su religión previa y sus festivales”.
 
Los musulmanes tenemos dos festividades o ‘Ids, y solo celebramos estas dos; no debemos imitar a los incrédulos de ninguna forma, como lo hacen algunos musulmanes al recolectar donaciones durante Navidad y distribuirlas entre los pobres; en lugar de eso, lo que deben hacer es recolectar ese dinero durante los dos ‘Ids o durante las épocas virtuosas, como los últimos diez días de Ramadán o los primeros diez días de Dhul Hiyyah, para que los pobre no disfruten de las festividades de los incrédulos, sino que disfruten de las nuestras.
 

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