Las alabanzas sean para Al-lah, Señor y Creador del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad, con todos sus familiares y todos sus discípulos.
Solo decir eso no te hace un apóstata a pesar de que atribuir la incredulidad en el tagut a Al-lah es algo que no es mencionado en los textos islámicos –hasta donde sabemos–.
Por lo tanto, no se debería decir eso sobre Al-lah, Altísimo.
En todo caso, te aconsejamos que evites los susurros y los ignores, y busques tratarlos.
Y Al-lah sabe más.