Islam Web

  1. Hayy y ‘Umra
  2. Artículos
  3. Fe ('Aquidah)

Los efectos del Tawhid (Monoteismo) en la vida humana (Parte 1)

Los efectos del Tawhid (Monoteismo) en la vida humana (Parte 1)

Cuando un individuo pronuncia el testimonio “Ash-hadu an la ilaha il-la Al-lah, wa ash-hadu anna Muhammadan Rasul Al-laah” (doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado, excepto Al-lah; y doy testimonio que Muhammad es el siervo y Mensajero de Al-lah), creyendo en esto y actuando de acuerdo a esto, experimenta un cambio notable en su vida.

 
Al comprender quién es su Señor, así como el propósito de su creación, será capaz de alcanzar el éxito en esta vida y en la otra. Este éxito emana de los siguientes puntos:
 
1.     La persona que cree en este testimonio no puede tener una perspectiva limitada. Él cree en Al-lah, Quien es el Creador de los cielos y de la tierra, el Maestro del universo y su Sustentador. Después de esta creencia, el individuo no considera a nada en este mundo como algo extraño a sí mismo. Él ve a todo en el universo como perteneciendo al mismo Señor, sabe que él mismo le pertenece. Al-lah, el Todopoderoso, Dice (lo que se interpreta en español): {Pregúntales [a los idólatras]: ¿A quién pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra? Di: Pertenece a Al-lah…} [Corán 6:12]
 
Su simpatía, amor y servidumbre no están confinados a ninguna esfera o grupo en particular. Su visión es amplia, su horizonte intelectual se ensancha, y su perspectiva se vuelve tan libre y tan ilimitada como el Reino de Al-lah. ¿Cómo esta amplitud de visión y de mente puede ser alcanzada por un ateo, un politeísta o alguien que cree en una divinidad que se supone que tiene poderes limitados y defectuosos como un hombre?
 
2.     Esta creencia produce en el ser humano el grado más elevado de autorrespeto y autoestima. El creyente sabe que solamente Al-lah es Quien Posee todo el poder, y que nada además de Él puede beneficiar o dañar a una persona, o proveerle para que satisfaga sus necesidades o dar o quitar la vida o ejercer autoridad o influencia. Esta convicción lo hace indiferente, independiente y sin temor de cualquier otro poder fuera del de Al-lah. Nunca inclina su cabeza ante ninguna de las criaturas de Al-lah, ni eleva sus manos suplicando a otro que no sea Al-lah. No se intimida por la grandeza de nadie. Esta actitud de mente no puede ser generada por ninguna otra creencia.
 
3.     Además del autorrespeto, la creencia en “La ilaha il-la Al-lah” también genera un sentido de modestia y humildad. Hace al individuo una persona alejada de las ostentaciones y las pretensiones. Un creyente nunca se vuelve orgulloso, altivo o arrogante. El estridente orgullo del poder, la riqueza y el valor no pueden tener lugar en su corazón, porque él sabe que todo lo que posee le ha sido dado por Al-lah, y que Al-lah Puede Quitar así como Puede Dar. En contraste con esto, un incrédulo, cuando alcanza algún mérito mundanal, se vuelve orgulloso y vanidoso porque él cree que su mérito se debe a su propio valor. Del mismo modo, su orgullo y vanidad son resultados necesarios y concomitantes del Shirk (asociar a otros con Al-lah en la adoración), porque un politeísta cree que tiene una relación particular con las divinidades, la cual no existe entre ellas y otra gente.
 
4.     La creencia en “La ilaha il-la Al-lah” hace al hombre virtuoso y recto. Tiene la convicción de que no existen otros medios de lograr el éxito y la salvación para él excepto la pureza del alma y la rectitud de la conducta. Tiene una fe perfecta en Al-lah, Quien Está por encima de toda necesidad, no Está relacionado con nada y Es absolutamente Justo. Esta creencia genera en él la conciencia de que, a menos que viva rectamente y actúe de forma justa, no podrá tener éxito. Ninguna influencia o actividad podrá salvarlo de la ruina.
 
En cuanto a aquellas personas que creen que no existe ningún Ser que tenga poder sobre ellos, ante Quien serán responsables por sus buenas o malas acciones y, por lo tanto, se consideran libres de actuar de la forma que quieran, sus propias fantasías se convierten en sus dioses y viven como esclavos de sus deseos y anhelos. Al-lah Sostiene en el Corán (lo que se interpreta en español): {¿Acaso no reparas [¡Oh, Muhammad!] en aquel que sigue sus pasiones como si estas fueran una divinidad? Al-lah Decretó, por Su conocimiento divino, que se extraviaría, y por ello Selló sus oídos y su corazón, y Puso un velo sobre sus ojos [y no pudo oír, ver ni comprender la Verdad]. Nadie podrá guiarle después que Al-lah lo Extravió. ¿Acaso no recapacitáis?} [Corán 45:23]
 

Related Articles

Virtudes del Hayy