Islam Web

  1. Hayy y ‘Umra
  2. Artículos
  3. Lecciones de su vida

Énseñanzas y moralejas de la Hiyrah (Parte 4)

Enseٌanzas y moralejas de la Hiyrah (Parte 4)

  

17- La alegría de Al Muhayirun y Al Ansar por la llegada del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam:
 
La alegría de los creyentes de entre los habitantes de Yazrib de Al Ansar y Al Muhayirun, que Al-lah esté complacido con ellos, por la llegada del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, sano y salvo a la ciudad fue algo muy grande hasta tal punto que las mujeres y los muchachos salieron de sus casas y los hombres dejaron sus trabajos. Los judíos participaron con los creyentes en la alegría abiertamente, pero en realidad ellos sentían incomodidad por la rivalidad del nuevo liderazgo.
No había nada extraño en la alegría de los creyentes pues su Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue quien les sacó de las tinieblas a la luz, por la Voluntad de su Señor hacia el sendero de Al-lah, el Poderoso, el Loable. Tampoco hay nada extraño en la situación de los judíos, debido a que allí eran conocidos por la adulación y la hipocresía al tratar con la sociedad que ya no podían dominar más, y con el odio y el rencor que sentían hacia quien les quitó su dominio y les impidió robar su dinero bajo el nombre de los préstamos usureros y derramar su sangre en nombre del asesoramiento y la consulta.
 
Se deduce del recibimiento que los Muhayirun y los Ansar dieron al Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, la permisión de recibir a los líderes y los ulemas a su llegada con una buena acogida y honores. Pues esto ocurrió con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Pero lo que hizo a los creyentes recibir al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, así es el hecho de amarle; al contrario de los recibimientos que vemos de los líderes y los gobernantes en nuestro mundo actual. También se deduce el permiso de rivalizar en el bien y dar obsequios a los ulemas y los nobles. Pues cada tribu intentaba acoger bien al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le ofrecían que sus hombres fueran sus guardias. Entonces se deduce el hecho de que se permite honrar, respetar y servir a los ulemas y los justos.
 
18- Aclaración de la práctica de la gradualidad:
 
Notamos que cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se encontró con los primeros Ansaríes, que Al-lah esté complacido con ellos, no hizo nada sino estimularles a abrazar el Islam y recitarles el Noble Corán. Cuando ellos vinieron al año siguiente, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, realizó con ellos el juramento de fidelidad para practicar los ritos de adoración, los buenos modales y las virtudes. Luego, cuando vinieron al año siguiente, se realizó el Segundo Pacto de Al ‘Aqabah para realizar Al Yihad, apoyar al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam y protegerle.
 
Es digno de notar que el juramento de la guerra no se realizó sino después de dos años completos, es decir, después de una preparación que duró dos años. Así se realizó este asunto gradualmente, lo cual concuerda con el método educativo que Ad-Da‘wah siguió desde el primer día. Es el método que Al-lah, Enaltecido Sea, Guió a Su Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a seguir. Pues en el Primer Pacto de ‘Aqabah, los Ansar nuevos, que Al-lah esté complacido con ellos, se comprometieron en abrazar el Islam como creencia, doctrina y educación. En el Segundo Pacto de Al ‘Aqabah, Al Ansar se comprometieron a proteger a Ad-Da‘wah y a acogerse a la sociedad islámica cuyos frutos empezaron a aparecer y cuyas bases llegaron a fortificarse y solidificarse.
 
Estos dos juramentos de fidelidad son dos asuntos que cada uno de ellos complementa al otro dentro de un método educativo de Ad-Da‘wah. El primer asunto era el contenido, y el segundo, que era el juramento de la guerra, es el recurso que protege este contenido. Sí, el juramento de la guerra se realizó después del paso de dos años del anuncio de la reversión de la gente al Islam, y no se realizó después de su islamización directamente. Pues, después de dos años, ellos se prepararon hasta que llegaron a ser confiables y merecedores de este juramento.
 
La Misericordia de Al-lah, el Compasivo, por Sus siervos Hizo que no fueran obligados al deber del combate hasta que se les encontrara un estado islámico que fuera una fortaleza en la que pudieran refugiarse, y de verdad, Medina, fue el primer Estado del Islam.
 
El Primer Pacto de Al ‘Aqabah estaba basado en la creencia en Al-lah, Glorificado Sea, y Su Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam. El Segundo Pacto de Al ‘Aqabah estaba basado en realizar Al Hiyrah (emigración) y Al Yihad. Con estos tres elementos: la creencia en Al-lah, Alabado Sea, Al Hiyrah y Al Yihad, se logró la existencia del Islam en una realidad colectiva posible. No se podía realizar Al Hiyrah sin la existencia del grupo preparado para proteger al Islam y los musulmanes. Por eso Al-lah, Enaltecido Sea, Dice (lo que se interpreta así en español):
  • {Por cierto que los creyentes que emigraron, contribuyeron con sus bienes y combatieron por la Causa de Al-lah son aliados de aquellos que les refugiaron y les socorrieron [en Medina]. En cambio, a quienes no emigraron no tenéis la obligación de socorrerlos hasta que emigren. Pero si os piden que les auxiliéis para preservar su religión debéis hacerlo, salvo que se encuentren con quienes celebrasteis un pacto [de no-agresión]; y sabed que Al-lah bien Ve lo que hacéis.}[Corán 8:72].
  • {Y aquellos que posteriormente crean, emigren y luchen con vosotros serán de los vuestros. Y sabed que Al-lah Ha prescrito en Su Libro que vuestros parientes tienen más derecho a la herencia que vuestros hermanos en la fe, y Al-lah Es conocedor de todas las cosas.}[Corán 8:75].     
 
El juramento de fidelidad fue la última preparación para Al Hiyrah del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y sus Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, a Medina. Así el Islam encontró su Estado desde donde saldrían los divulgadores de la verdad con la sabiduría y la buena exhortación, y de donde saldrían los defensores de la fe por primera vez. Así se estableció el estado islámico que juzga según la Shari‘ah.        
19- Al Hiyrah, un gran sacrificio por la causa de Al-lah:
Al Hiyrah del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y de sus Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, dejando la ciudad sagrada (La Meca), fue un gran sacrificio que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, expresó diciendo: "Juro por Al-lah que eres (refiriéndose a La Meca) la mejor de los territorios de Al-lah, y la más amada por Al-lah, si no fuera expulsado de ti, nunca emigraría." [At-Tirmidhi]
 
 ‘A’ishah, que Al-lah esté complacido con ella, dijo: "Cuando el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, llegó a la Medina; ésta era el territorio más afectado por la fiebre. Además, en su valle corría agua salobre y de mal olor, por lo tanto los Sahabah se enfermaron mucho, sin embargo, Al-lah Protegió a Su Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, de esto. Abu Baker, ‘Amir ibn Fuhairah y Bilal estaban juntos en una casa, y todos estaban afectados por la fiebre, entonces, pedí el permiso del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, para cuidarles hasta que sanaran, y me lo permitió.
Así, entré en su casa para cuidarles, y eso era antes de la orden de llevar Al Hiyab. Estaban muy enfermos de manera que nadie podía sentir los dolores que sufrían, salvo Al-lah, Alabado Sea… Dije al Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo que les pasaba y entonces, dijo el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam: "¡Oh Al-lah! Haznos amar la Medina igual como amamos La Meca o más, y Transmite la fiebre de la Medina a Al Yahfah. ¡Oh Al-lah! Bendícenos en sus pesos y medidas" [Al Bujari]
 
Y de hecho, Al-lah, Alabado Sea, Aceptó la súplica del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pues luego, los musulmanes sanaron de la fiebre, y la Medina se convirtió en un lugar perfecto para todos los extranjeros y emigrantes musulmanes, cualquiera que fueran sus regiones y nacionalidades.
 
20- La recompensa del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a Umm Ma‘bad:
Fue narrado que sus ganados aumentaron, hasta que trajo un número de ellos a la Medina, luego, Abu Baker pasó, y el hijo de la mujer lo vio, entonces, lo reconoció y dijo a su madre: "¡Oh madre! éste es el hombre que estaba con el bendito''. La mujer se levantó y preguntó a Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él: "¡Oh Siervo de Al-lah! ¿Quién era el hombre que estaba contigo?'' Respondió: "¿Acaso no lo conoces?" La mujer respondió: "No." Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, le informó: "Es el Profeta de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam''. Luego, la hizo entrar a ver al Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le alimentó y le dio de la caridad." En otra narración dice: "Fue conmigo y regaló al Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, una parte de un queso hecho de la leche batida y otras cosas propias de los beduinos, así también el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dio ropa y donaciones. Y ella abrazó el Islam''. El autor del libro Al Wafa’ mencionó que esa mujer emigró con su esposo, y su hermano Junais se convirtió al Islam, luego, murió como mártir en el día de la conquista de la Meca.
 
21- Abu Aiub Al Ansari, que Al-lah esté complacido con él, y sus actitudes imperecederas:
Fue narrado bajo la autoridad de Abu Aiub Al Ansari, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: "Cuando el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se alojó en mi casa, se quedó en el piso inferior, mientras que Umm Aiub y yo estábamos en el superior. Le dije: "¡Profeta de Al-lah! Que mi madre y mi padre sean tu rescate. Yo considero impropio estar en un piso que está sobre el tuyo. Por eso, asciende y quédate en el piso superior; y nos quedamos en el piso inferior." Entonces respondió el Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam: "Es mejor y más adecuado para nosotros que residan en el piso superior." Luego, se rompió un recipiente de agua, y entonces, Umm Aiub y yo cogimos la única manta que teníamos para secar el agua, por temor de que goteara algo sobre el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le incomodara."
 
22. La emigración de Alí, que Al-lah esté complacido con él, y su acción de ordenar el bien y prohibir el mal en la nueva sociedad:
Después de que ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, devolvió todos los depósitos de la gente que estaban con el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, siguió al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le alcanzó en Quba’ después de dos o tres noches de la llegada del Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, allí. Así, se quedó en Qiba’ dos noches, luego, salió con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a la Medina en un viernes. Durante su permanencia en Quba’, Ali, que Al-lah esté complacido con él, notó que había una mujer musulmana que no tenía esposo, y vio que un hombre la visitaba por la noche, llamaba a la puerta, ella salía, y entonces, el hombre le daba algo y ella lo tomaba. Ali, que Al-lah esté complacido con él, dudó del asunto, por eso, preguntó a la mujer: "¡Oh Sierva de Al-lah! ¿Quién es el hombre que llama a tu puerta cada noche, y tú sales y tomas algo siendo que tú eres una mujer musulmana y no tienes un esposo?'' Entonces, la mujer respondió: "Es Sahl ibn Hunaif ibn Wahb, pues él supo que soy una mujer sola y que nadie me mantiene; por eso, cada noche pasa por los ídolos de su gente, los destruye, me trae las partes destrozadas y me dice: "Utilízalas como leña". Así pues, Alí que Al-lah esté complacido con él, mencionó este acto de Sahl ibn Hunaif cuando él murió estando con Alí en Iraq." 
 
23. La Hiyrah profética: un punto crucial en la historia humana:
 
La Hiyrah profética de la Meca a la Medina fue el suceso más grande a lo largo de la historia humana, pues transformó el curso de la vida humana y las metodologías que la gente seguía y adoptaba en la forma de leyes, reglas, costumbres, hábitos, virtudes morales y comportamientos tanto individuales como sociales, creencias, actos de adoración, ciencia, conocimiento, ignorancia, desvío, buena guía, justicia e injusticia. 
 
 
24- La emigración es una de las tradiciones de los nobles Mensajeros:
La emigración por la causa de Al-lah, Glorificado y Enaltecido Sea, es una tradición antigua. La Hégira (la emigración) de nuestro Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no fue algo nuevo si analizamos la vida de los otros mensajeros, quienes tuvieron que realizarla para así alcanzar la victoria.
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, emigró de su patria y del lugar donde nació por la causa de Ad-Da‘wah, para protegerla y para crear un ambiente fértil que acepte Ad-Da‘wah, responda a ella y la proteja. De igual manera y por los mismos motivos muchos de los mensajeros y profetas del pasado se distinguieron por emigrar.
 
El Sagrado Corán nos contó ejemplos de las emigraciones de los mensajeros y sus seguidores de las naciones pasadas, para que nos aparezca esto como una práctica constante de Al-lah, Glorificado y Enaltecido Sea, respecto al asunto de las prédicas del monoteísmo. Cada creyente sigue esta norma, después de ellos, en caso de que se le impida practicar su fe, y si se burlan de él y se ejerce una agresión en contra de su dignidad.

Related Articles

Virtudes del Hayy