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Inicio de la revelación (Parte 2)

Inicio de la revelaciَn (Parte 2)

 

Hasta que le llegó la verdad cuando estaba en la cueva de Hira’, Así pues; le vino el Ángel, la paz sea con él, y le dijo: “¡Lee!”. Y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: le respondí "No sé leer”. Me abrazó apretándome muy fuerte por tercera vez y me dijo, Al-lah Dice (lo que se interpreta así en español): {¡Lee! [¡Oh, Muhammad!] En el nombre de tu Señor, Quien Creó todas las cosas. Creó al hombre de un cigoto. ¡Lee! Que tu Señor Es el más Generoso. Enseñó [la escritura] con el cálamo.} [Corán 96:1-3]”. Estas aleyas nobles y benditas fueron las primeras aleyas que fueron descendidas del Noble Corán, indicando que el hombre se creó de un cigoto y que de la generosidad de Al-lah, Glorificado Sea, es que le Ha enseñado al hombre lo que no sabía, Exaltándole y Glorificándole mediante la ciencia. Y este es el valor con el cual Adam “Adán”, la paz sea con él, fue preferible a los Ángeles, la paz sea con ellos.
Y a veces la ciencia está guardada en las mentes, otras veces en la lengua y otras mediante la escritura con los dedos. Y la profecía de Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, empezó con estas aleyas.
Así pues; este incidente fue tan trascendente, que el mártir Said Qutb, que Al-lah le dé Su perdón, lo expresó en su libro Adh-Dhilal diciendo: “Fue un incidente de enorme grandiosidad, muy enorme, enorme sin límites. Si intentamos hoy día imaginar su enormidad, muchos de sus aspectos quedarán fuera de nuestra imaginación.”
Ciertamente fue un incidente enorme tanto en su esencia como en su connotación. Es muy enorme en cuanto a sus huellas en toda la vida humana. Y aquel momento cuando este suceso ocurrió, se considera, sin exageración, el momento más grandioso en la historia de la humanidad.
¿Cuál fue la realidad de este suceso que ocurrió en aquel momento?
Al-lah, Glorificado Sea, Al ‘Adhim “El Grande”, Al Yabbar “El Compulsor”, Al Qahhar “El Subyugador”, Al Mutakabbir “El Soberbio” y Malik Al Mulk “el Soberano del Reino”; Quiso, en Su generosidad, honrar a esta criatura que se denomina “ser humano”, la cual se encontraba en alguna parte de las partes del universo que casi no se ve y se llama la tierra.
Al-lah Dio honor a estas criaturas Seleccionando a uno de entre ellas para que fuera quien recibiera Su Luz Divina, la base de Su Sabiduría, sea el punto donde descendieran Sus Palabras y el representante del destino que El Había Predestinado, Glorificado Sea, para esta creación…”
El comienzo de la revelación divina glorificó el cálamo y la ciencia y su valor para establecer los pueblos y las comunidades y es una señal muy clara de que la ciencia y el conocimiento son de las características más destacadas del hombre.
En este suceso tan grande se hace evidente el valor y la posición de la ciencia en el Islam. Así pues, la primera palabra de la profecía que llegó al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue la orden de leer; Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español): {¡Lee! [¡Oh, Muhammad!] En el nombre de tu Señor.} [Corán 96:1].
 
Todavía el Islam promueve la ciencia y ordena aprenderla, elevando los grados de sus cultores y prefiriéndola a otras actividades.
Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español):
  • {Y sabed que Al-lah Elevará en grados a los creyentes y a quienes agracie con el conocimiento, y que Al-lah Está bien informado de cuánto hacéis.} [Corán 58:11]
  • {¿Acaso son iguales quienes saben [los preceptos de su Señor y los ponen en práctica] y quienes no saben? Y por cierto que sólo reflexionan los dotados de intelecto.} [Corán 39:9]
La fuente de la ciencia útil viene de Al-lah, el Majestuoso y el Todopoderoso; Es Quien Enseñó [la escritura] con el cálamo y le Enseñó al hombre lo que no sabía.
Y en el momento que la humanidad se aleja de esta metodología y su ciencia, se separa del Método de Al-lah, el Altísimo, su ciencia será inútil y se convierte en causa de su destrucción.
Cuarto: la dureza a la cual el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se expuso y la descripción del fenómeno de la revelación:
Yibril, la paz sea con él, apretó al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, muchas veces hasta hacerle sentir el cansancio y la fatiga, y el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recibió junto a la revelación una sensación de dureza, cansancio y una enorme carga sobre él.
Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español): {En verdad, te Transmitiremos una palabra de gran peso [el Corán].} [Corán 73:5]
En esto había una gran sabiduría: aclarar la importancia de esta religión, su grandeza y la preocupación frecuente por ella; además se muestra a la Ummah que su religión, de la cual está disfrutando, no vino sino después de esfuerzos y penurias.
El fenómeno de la revelación es un fenómeno sobrenatural que supera todas las normas y las leyes naturales, ya que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recibió las Palabras de Al-lah (el Corán) mediante Yibril, la paz sea con él, por eso no hay ninguna relación entre el fenómeno de la revelación y la inspiración con el de la reflexión interior o la meditación interior, sino que la revelación ocurrió desde fuera de la esencia propia del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
Y la misión del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se limitó a aprender de memoria lo revelado e informarle a la gente. Mientras que su explicación y su interpretación se realizó en la forma propia del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, como apareció en sus Hadices y sus dichos, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
La realidad de la revelación es la base sobre la cual todas las realidades de la religión se organizan, también sus creencias, su Shari‘ah y sus valores morales. Debido a esto, los orientalistas y los ateos, antes de ellos, se preocuparon por impugnar y cuestionar la realidad de la revelación, intentando interpretar de manera distorsionada el fenómeno de la revelación y llevarlo lejos de su realidad como fue narrado en los Hadices de la Sunnah auténtica, y sobre este fenómeno hablaron los historiadores confiables. Así pues; uno de los orientalistas dijo: Muhammad (sallallahu ‘alayhi wa sallam) aprendió el Corán y los principios del Islam a través del monje Bahira, mientras que otros dijeron que Muhammad era un hombre nervioso o padecía de la epilepsia.
Y la verdad sea dicha, cuando Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, estaba en la cueva de Hira’, y se sorprendió al ver a Yibril, la paz sea con él, ante él viéndole a los ojos y diciéndole: ¡Lee! indica que el fenómeno de la revelación no es un asunto interior relacionado con el monologo interior y subjetivo del alma, sino que es la recepción de una realidad objetiva externa que no tiene nada que ver con el alma ni el interior de la subjetividad personal.
Y el acto del Ángel, la paz sea con él, al abrazar violentamente al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tres veces diciéndole en cada vez: ¡Lee! Se considera una confirmación de esta percepción externa y es una exageración negar y llegar a pensar de que el asunto no es sino una imaginación subjetiva solamente.
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tuvo mucho miedo y horror por lo que escuchó y vio, regresando rápidamente a su casa temblando, lo que indica que él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no procuraba ni planificaba el asunto del mensaje divino; mejor dicho no sabía nada sobre el él ni del hecho de que se encargaría del mensaje para informarlo a la gente. Al-lah, el Altísimo, Dice confirmando este tema (lo que se interpreta así en español): 
  • {Te Hemos revelado la esencia [el Corán] por Nuestro Designio; tú no conocías los Libros [revelados anteriormente] ni la fe [en los preceptos divinos], pero Hicimos que él fuera una luz con la que Guiamos a quienes Queremos de entre Nuestros Siervos, y tú [¡Oh, Muhammad!] en verdad, guías al sendero recto. El sendero de Al-lah, a Quien pertenece cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Acaso no retornan a Al-lah todos los asuntos?} [Corán 42:52-53]  
·         {Cuando se les recitan Nuestros claros Preceptos, quienes no esperan comparecer ante Nosotros dicen: Tráenos otro Corán distinto o modifícalo. Diles [¡Oh, Muhammad!]: No me es permitido modificarlo, sólo sigo lo que me ha sido revelado. Por cierto que temo que si desobedezco a mi Señor me azote el castigo de un día terrible. Di: [Acaso no reflexionáis que] Si Al-lah no Hubiera querido no os lo habría dado a conocer [el Corán], y yo no os lo habría recitado. Vosotros bien conocéis mi lealtad y confiabilidad, puesto que viví muchos años entre vosotros antes de la revelación.} [Corán 10:15-16]
Las opiniones de quienes dudaron de la realidad de la revelación se cayeron ante el Hadiz Sahih (auténtico) que nos trasmitió ‘A’ishah, que Al-lah esté complacido con ella.
La revelación se continuó después de esto llevando la indicación misma de la realidad de la revelación y que no es como pensaron quienes tuvieron dudas en ella.
Dr. Al Buti resumió esta indicación en lo siguiente:
1.      La diferencia está clara entre el Corán y el Hadiz, porque el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, ordenaba escribir el Corán inmediatamente, mientras que con el Hadiz era suficiente aprenderlo de memoria mediante los Sahabah, que Al-lah esté complacido con ellos, eso no significa que el Hadiz se trata de palabras pronunciadas por él y no tiene nada que ver con la profecía. Además porque el Corán se le inspiró precisando las letras y palabras exactas a través de Yibril, la paz sea con él, mientras que el Hadiz es en su significado una revelación de Al-lah, Glorificado y Alabado, pero sus palabras y su estructura son del estilo propio del Profeta al expresarse, sallallahu ‘alayhi wa sallam, por eso el tenía miedo de confundir las Palabras de Al-lah, el Altísimo, recibidas de Yibril, la paz sea con él, con sus palabras propias.
 
2.      El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue preguntado sobre algunos temas de los que no tenía conocimiento, pero no respondía y a veces se quedaba callado durante largo tiempo hasta que una aleya del Corán descendiera para responder a estas preguntas. Y a veces, el Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, actuó en algunos asuntos de una manera determinada pero unas aleyas del Corán se descendían para hacerle abandonar esta manera y a veces estas aleyas incluían un reproche hacia él.
 
3.      el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, era analfabeto. Y no es posible que un hombre aprenda realidades históricas desde sus pensamientos y su subjetividad interna, como la historia de Yusuf, (José) la paz sea con él, o la de la madre de Musa (Moisés), la paz sea con ellos; cuando hizo flotar a su niño en el agua, y también la historia de faraón. Todo eso se debe tomar en cuenta al hablar sobre su analfabetismo. Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español): {Y tú no sabías leer ningún tipo de escritura antes de que te fuera revelado [el Corán], ni tampoco trascribirla con tu diestra; porque de haber sido así hubieran podido sembrar dudas [acerca de ti] los que inventan mentiras.} [Corán 29:48].
 
4.      la sinceridad y veracidad del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a lo largo de cuarenta años con su pueblo, teniendo mucha fama entre ellos por ser sincero; eso exigió que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fuera sincero con sí mismo primero. por eso, pudo acabar con cualquier duda que tenía en cuanto a sus ojos o sus pensamientos sobre el fenómeno de la revelación. Y vino esta aleya como si fuera una respuesta a sus dudas acerca de la revelación. Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español): {[Diles ¡Oh, Muhammad! a quienes no creen de tu pueblo:] Si tenéis dudas sobre lo que me Ha sido revelado, preguntadles a quienes podían leer la revelación que me precedió [la Tora y el Evangelio entre los judíos y cristianos que me siguieron]. Por cierto que os ha llegado la Verdad de vuestro Señor, no seáis, pues; de quienes dudan.} [Corán 10:94].
Por ende, fue narrado que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, después de la revelación de esta aleya dijo: “No dudo ni pregunto.” [At-Tabarani].
 

Inicio de la revelación (Parte 1)

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