¿Se puede trasplantar los órganos de unapersona diagnosticada con “muerte cerebral”?
Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo.Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y queMuhammad, sal-la Al-lahu ‘alaihi wa sal-lam, es Su siervo y mensajero.
Para responder a esta preguntanecesitamos hablar antes acerca de la muerte cerebral y si es consideradamuerte o no en el Islam.
Los especialistas de la Shari’acontemporáneos difieren en su posición respecto a considerar la muerte cerebralcomo muerte real. Algunos de ellos la consideran como muerte real, es decir queaplica sobre la persona a la que se le diagnostica todos los estatutos legalesreferentes con la muerte. Esta posición ha sido adoptada también por laAcademia del Fiqh Islámico, estableciendo como requisito que el cerebro hayadejado de funcionar completamente, que los especialistas en la materiaestablezcan que no es posible que el cerebro vuelva a cumplir con una de susfunciones y que el cerebro comience a descomponerse. Si se cumple con esto,entonces el cuerpo puede desconectarse de los aparatos que mantienen órganoscomo el corazón y los pulmones funcionando.
Los demás juristas islámicos ven que noes legal certificar como muerta a la persona bajo este diagnóstico, ya que elcorazón sigue latiendo y su alma sigue en ella. Esta es la posición quenosotros adoptamos, seguimos y enseñamos. Esto porque son muchos los casos enlos que el diagnostico de muerte cerebral se declara, pero las personas serecuperan y continúan viviendo “normalmente”, porque hay varios estudios queindican que la conciencia se mantiene incluso después de que el corazón hadejado de latir. Igualmente nos encontramos que el cuerpo sigue aceptandoalimento, continua desarrollándose y creciendo en casos de personas cuyocerebro ha “muerto”, lo que indica que todavía hay señales de vida. Así que sien realidad se hubiera muerto, el cuerpo no continuaría dando estas señales devida. Y no debemos olvidar que en el Corán y la Sunnah todos los dictámeneslegales que aplican tras la muerte son válidos cuando no hay duda alguna de quela persona ha fallecido.
Así mismo encontramos que hasta losmismos especialistas reconocen que en varias ocasiones el diagnóstico eserrado, lo que supone que no se ha salvaguardado la vida que es el propósitoprincipal de su profesión y de la ley.
Las señales de que la persona hafallecido, además de las que ya mencionamos, son muchas, como que los ojos separalizan, la falta de respiración, la separación natural de los labios, laexpresión facial, ya que los músculos y la piel de la cara se extienden,distención de los pies y la nariz, hundimiento de la cien y otras más.
Además, los eruditos de la jurisprudenciaislámica dictaminaron que cuando una persona muere a raíz de un accidente, sedebe esperar de uno a tres días antes de preparar el cuerpo para enterrarla, esdecir, hasta que las señales de descomposición comiencen a aparecer y de estaforma asegurarse que la persona falleció.
Por lo tanto no es lícito que se tomenlos órganos de esta persona y trasplantarlos a otra, pues según la opiniónpreponderante, esta sigue con vida, ya que su alma no ha dejado el cuerpo.
Respecto a quien haya fallecidorealmente, si antes de su muerte autorizó que se donara sus órganos o lo hacesus herederos entonces pueden trasplantarse a otra persona que los necesite. Siel muerto es un desconocido o no tiene herederos, entonces debe ser el dirigentede la comunidad islámica el que de la autorización para que sus órganos seandonados.
Y Al-lah sabe más.
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